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TEA SEX -  TEATRO SEXUAL 

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HISTORIAS EN EL TRASFORMISMO

PAGINA 1

 

  

EL TRANSFORMISMO COMO EXPERIENCIA

   

Muchos actores dicen que Lo mejor de ser actor es: cuando interpretamos personajes que son totalmente opuestos a nuestra morfologia

   

Los actores han interpretado personajes con vestimentas actuales y de epoca, con deformaciones o caracteristicas faciales , se dice que este tipo de mascara nos permite caracterizar mejor el personaje porque el actor se siente mas protegido de la exposicion. 

   

Pero si hay algo que todo actor o actriz ama es interpretar un rol del sexo opuesto . 

Es mas , quien no lo haya hecho le queda en su currriculum como una asignatura pendiente. 

   

Algunos lo toman a gracia, otros como experiencia 

En la vida real muchas parejas toman el rol de transformacion  en los juegos intimos sexuales, donde el varon hace de mujer y la mujer de varon.

   

Quienes lo toman como experiencia reconocen que puede llegar a convertirse en una forma de actuacion profunda en algunos casos casi tan parecida como ponerse desnudo en escena.

  

Depende tambien del espectador como tome esa transformacion sabiendo de antemano la identidad sexual del actor. 

Se puede producir tambien un contrasentido de respetuosidad al personaje que 

que por ejemplo desarrolle un actor gay.  

  

Si un actor gay hace transformismo se dice que suele tener en el publico una aceptacion farsesca, si un actor heterosexual lo hace , el publico toma esa interpretacion de otra manera, mas respetuosa del personaje, casi como una actuacion excelsa .

Pero en realidad tampoco es asi ..... 

  


LA METAMORFOSIS DE FRANCIS KEIN Y MANUEL ARTE

   

 

POR MARIANA ENRIQUEZ

“No todo es glamour ni felicidad”, insiste Manuel Arte, que sin el maquillaje del maestro de ceremonias de Cabaret que usa el Teatro parece un hombre común. Y para demostrarlo, recuerda lo que le pasó en Nueva Orleans, cuando junto a su compañero Frankie Kein se tuvieron que comer las tetas de Marilyn Monroe. 

  

Era 1976: Frankie y Manuel recién empezaban con su espectáculo de transformismo, imitando a estrellas famosas. En aquel momento hacían shows solamente en Miami, pero de la nada surgió un contrato para actuar en el sur norteamericano. Manuel renunció a su trabajo de cajero de un banco. Cargaron el perro, los trajes y tres chicas en un Chevrolet que, recuerda Frankie, “parecía el de Los Picapiedras porque tenía un agujero en el piso que casi permitía sacar las patas a tomar aire”. En Nueva Orleans se encontraron con que el empresario los ignoraba y el hotel donde debían actuar aún estaba en construcción. No tenían un solo billete en los bolsillos. “Llegó una noche en que no teníamos qué comer”, 

  

cuenta Manuel. 

“No sé cómo me acordé de que Fran se había hecho las tetas del traje de Marilyn con arroz, y que las había envuelto en no sé cuántos paquetitos de nylon. Es decir: el arroz estaba intacto. Así que le dije: Lo siento mucho, pero yo no me voy a quedar con hambre. Abrí las tetas, e hicimos un arroz con salchichas. Salió bastante bueno.” 

  

Frankie Kein y Manuel Arte se conocieron hace 28 años en Miami: ambos estudiaban arte dramático y eran inmigrantes cubanos. Frankie tenía 17, y desde chico imitaba estrellas frente al espejo. Cuando todavía vivía en Cuba, se fascinaba con el Zorro o el Corsario Negro, pero también con divas cubanas como Rosita Fornés. 

  

 

Los imitaba a todos. 

Sus padres le habían regalado para Navidad un acordeón y sacaba de oído las canciones de moda. Le pedían que actuara en fiestas, y en la calle. Cuando llegó a Estados Unidos, conoció el transformismo y se deslumbró: hasta ese momento no sabía que semejante cosa existía. Cuando Manuel Arte lo vio imitar a Liza Minnelli por primera vez, le pareció que el talento de Frankie podía sacarlos de pobres. Pero ninguno de los dos tenía ganas de circunscribir al ghetto cabaretero sus actuaciones: la creación de divas por transformistas es muy común en clubes y varietés, pero rara en escenarios teatrales convencionales. Y eso era precisamente lo que les interesaba.

 

 

Al principio no les fue fácil llegar a esos escenarios. 

Ni siquiera les fue fácil conseguir un buen partenaire para Frankie: cuando decidieron hacer Cabaret, no lograron que ningún actor “serio” lo acompañara, por la sencilla razón de que Frankie es un transformista y la imitación les parecía un género menor a todos los actores que entrevistaron. 

   

De todos modos prepararon el espectáculo, aunque el actor seguía sin aparecer. 

“Quince días antes de empezar –recuerda Manuel–, Frankie me dijo que hiciera yo el papel del maestro de ceremonias. Le dije que estaba loco. Que no iba a poder ser, porque soy un hombre muy alto, y además no me parezco en nada a Joel Grey. Pero siempre que he visto que hay problemas, cosas que me van a interrumpir la llegada a una meta, me tiro de cabeza. Y aquel show representaba mucho para mí: le tenía mucha fe. Así que decidí aceptar la responsabilidad para bien mío. Me costó mucho trabajo: en quince días tuve que aprender a moverme y a caracterizarme.” 

  

 

Frankie prosiguió en su campaña: 

lograr que Manuel se convirtiera en un transformista. 

Un día le dijo que le veía un aire a Marlene Dietrich: algo en los ojos, cierta languidez. Difícil imaginar tal cosa viendo a Manuel Arte sin maquillaje. Pero, en definitiva, también es difícil pensar que un rubio menudo como Kein podría transformarse en Liza Minnelli. Frankie maquilló a su amigo desoyendo sus protestas, y cuando Manuel se vio con todo puesto, cedió. A tal punto que, en Las Vegas, terminó imitando también a Jane Russell, Barbra Streissand, Sara Montiel y María Félix (en ese mismo show, Frankie hacía a Julie Andrews, Marilyn, Madonna, Cher y por supuesto a Liza). 

  

Manuel sigue sorprendido de haberse atrevido a semejante cosa: 

“Eran bellezas extraordinarias. Y yo soy un hombre tan feo. Para mí es un reto”

 

cabaret 

Sólo interpreta a Joel Grey, y Frankie se ocupa de Liza. Hacer de Liza es casi un lugar común, y Frankie lo sabe. La Minnelli es un icono del lip-synch, una diva icono como lo fue su madre. Por eso, en Forever Liza la intención es llevar el homenaje hacia la similitud casi perfecta, de modo que el espectador pueda olvidarse de que esa mujer que está sobre el escenario no es Liza Minnelli. Hay momentos en que la ilusión es casi perfecta. Cuando Frankie/Liza canta “New York, New York”, por ejemplo, en un traje plateado. O en casi toda la secuencia de Cabaret, especialmente “Money Money”. El batir de pestañas, los gestos distraídos, los arranques casi gruñones de la diva, todo está ahí, en una hora y media sin interrupción. “Es una matazón”, 

 

dice Frankie. 

“Cuando no me estoy matando en el escenario, estoy muriéndome atrás en bambalinas, cambiando de vestuario y retocándome el maquillaje.” Por eso hacia el final, cuando Frankie aparece en el escenario con una bata negra, la abre y deja ver que es un hombre de pelo en pecho y protuberante slip, el descubrimiento es impactante. “Ese número lo hago porque quiero que la gente vea el trabajo. Me cuesta dos horas, o más, convertirme en Liza. Y no es el caso que la gente se vaya a casa pensando que vio a una chica que se parece a Liza, o a un muchacho ídem que se hace el café cantando Cabaret. Además, tengo que tomar mi aplauso: no todo va a ser para Liza nada más.” 

  

 

Liza Minnelli nunca vio a Frankie Kein en vivo. 

Lo vio su hermana Lorna, en Buenos Aires. Sí: acá. En 1979. Frankie estaba en el hotel mirando por televisión el programa de Analía Gadé, adonde estaba invitado Manuel. En realidad estaban invitados los dos, pero la dictadura prohibía en ese momento que aparecieran hombres travestidos en la pantalla chica. 

 

“Yo me puse bravo. Directamente no fui a ningún programa si no me dejaban actuar”, se enoja todavía Frankie. 

  

Tampoco había almorzado con Mirtha Legrand un año antes, por el mismo motivo. En el programa de la Gadé vio aparecer a Manuel y, para su sorpresa, éste venía del brazo de la hermana de su diva favorita. 

  

“La invitamos al espectáculo, en el Teatro Odeón, y quedó arrebatada. Después vino a nuestra habitación y llamó a Liza contándole alborotada lo que había visto.” 

  

En los 90, otra vez en Buenos Aires, 

Frankie estuvo a punto de tener a Liza como espectadora. Ella actuaba en Michelángelo, pero Frankie estaba con su show en Córdoba, y no pudieron encontrarse. Incluso coincidieron en un teatro en Dinamarca, el Tivoli Garden, donde ambos hacían su espectáculo distintos días de la semana:

  

Frankie recibió mejores críticas como imitador que Liza con su propio show. Hace seis años, Frankie por fin pudo estar al lado de Ella, pero no se dio a conocer, cosa que escandaliza todavía hoy a Manuel, a quien le cuesta entender la timidez de su compañero. 

  

“Tengo una foto con ella en que parecemos novios. Ella daba un concierto en Miami y por supuesto yo fui con amigos para verla. Nunca le pedí un autógrafo: me daría vergüenza decirle que soy el que la imita, me resulta ridículo. Estaba entre el grupo de fans y un amigo mío, el más grande fan de Liza, nos filmaba en video. Yo mantenía cierta distancia, hipnotizado. No sé por qué razón ella me vio en ese estado de trance y me sonrió, por encima de las cabezas. Tuvo como un magnetismo conmigo. Se metió entre la gente, me agarró del brazo y se retrató conmigo como si se lo hubiera pedido. Yo estaba erizado: era como un Ceniciento con su Príncipa.” 

¿Pero tiene ganas de que Liza lo vea? No está seguro. “Si me entero de que ella está en una butaca –dice, emocionado–, a lo mejor me muero. ¿Te imaginas?”

 

GUILLERMO GIL TRANSFORMISTA ARGENTINO

 

 

Guillermo Gil ha trascendido a traves de la television por aparecer en distintos programas comicos y por su exacta caracterizacion de una diva argentina la sra Mirta Legrand.

No se ha quedado solo en la caracterizacion transformista de una sola diva tambien logro con exito o tras tales como la de Tita Merello. Es ademas un comediante nato capas de llevar por si solo un espectaculo comico a traves de sus caracterizaciones .

 

TRES POTENCIAS SE UNIERON EN UN SOLO ESPECTACULO 

  

  

Encontrar juntos en un escenario a estrellas como Liza Minelli, Marlene Dietrich, Julie Andrews, Sara Montiel, Marilyn Monroe, Joel Grey, Mirtha Legrand y Tita Merello no es cosa que se pueda conseguir fácilmente.

  

En “Hollywood en San Telmo” 

todas estas estrellas y muchas otras estan sobre el escenario, acompañadas de un cuerpo de bailarines y con el esplendor y el brillo de un vestuario antológico.

Frankie Kein, Manuel Arte y Guillermo Gil hicieron posible este espectáculo. Solo tres artistas como ellos pueden crear este sueño y lograr que los espectadores vivan la ilusión de poder admirar a todos los grandes ídolos juntos.

El show de Frankie Kein, Manuel Arte y Guillermo Gil (actor invitado) es un espectáculo musical lleno de magia y color, que conviertio la fantasía en algo dinámicamente vivo y con luz propia.

Su éxito ha sido total en los mejores escenarios del mundo, como en Venezuela, Puerto Rico, España, Japón, Dinamarca, Brasil, República Dominicana, Colombia, Uruguay, paraguay, México, y en las ciudades más importantes de los Estados Unidos, sin olvidarnos de las excelentes temporadas que hicieron en Argentina.

   

LOS CHICOS DICEN

  

 

 

Manuel Arte dixit: 

considero que lo importante es darle sentido a lo que estas haciendo, en nuestro caso, saber el nivel, la importancia e integridad actoral que le damos a nuestro trabajo. 

 

Hemos tenido cantantes o magos haciendo show con nosotros. 

  

Para mi Barbra Streisand… es un personaje muy difícil…En mi caso, el marido de Sarita Montiel quedo tan prendado de mí, que me ha dicho que era la caracterización de la propia Sarita. Lo otro que nos sucedió fue con la hermana de Liza Minelli. Sin embargo, aun no pudo darse el hecho que Frankie pudiera conocer a la propia Liza…

  

Tengo una que no hemos contado, por lo trágica, pero te lo vamos a decir a ti, por primera vez!. Lo que nos ocurrió fue que un técnico se ahorcó en el Maipo. Estábamos por salir a escena, y no se podía bajar hasta que llegara la policía. Así que hicimos toda la función con el hombre colgado ahí.

   

Yo trato de ver la parte positiva de la gente que hace este trabajo, y muchas veces uno quiere ayudar a esa gente que esta haciendo algo erróneo. Pero veo en tantos años una evolución positiva. El hecho que nosotros hayamos llevado el transformismo como arte al teatro ayudo a muchos. El que piensa que va a lucrar haciendo transformismo, están equivocados, y de esa manera no van a ser felices. Yo siempre pienso que es lo que me gusta hacer en la vida y así, alivio lo que es el trabajo.

    

Frankie Kein dixit: 

Para mantenerme vigente… sufro muchísimo. La gente cree que va a verte como cuando tenías 18 años… (Risas). Pero es difícil… la gente viene a ver a Liza Minelli de cuando hacia Cabaret, y a mi también me pasan los años, como a ella. Pero yo debo interpretarla joven!!! Pero me cuido muchísimo: no tomo alcohol, no fumo, no trasnocho. Me cuido como si fuera un brillante, pero sin exceso. Y también me cuido en la comida.

   

Desde pequeño siempre era el que actuaba en los actos del colegio. Siempre era el show para los demás chicos. A los 16 años descubrí en una discoteca lo que era el transformismo y ahí me cayó la ficha de lo que quería hacer. Y en forma de juego, cuando sale la película “Cabaret”, y la empiezo a imitar a Liza. Y ahí empecé a hacerlo en forma privada para los actos de la Universidad. Hasta que conocí a Jim Bayley, y empecé a incursionar en el transformismo, con un show con los personajes de Liza. Y convencí a Manuel para que fuera mi partener. Y realizamos nuestro primer espectáculo con críticas impresionantes. Y lo llevamos por el mundo. Pero después de un tiempo, hacer solo de Liza me empezó a cansar, y entonces empecé a incorporar nuevos personajes. 

  

Después de haber hecho por muchos años a Liza Minelli, me costó muchísimo interpretar a Marilyn Monroe. Es tan diferente lograr a Marilyn tan sexy y tan femenina cuando se ha interpretado a Liza…

  

Enunca me han presentado a Liza a un nivel personal, y a mi me da mucha vergüenza decirle que yo soy quien la imita!!!

  

A mi me gustan mucho Eduardo Sola, que es un tipo muy talentoso y elocuente. También veo un gran transformista en Gustavo Moro, que sabe dirigirse al público con mucho respeto; y por supuesto Jean Francois Casanovas, que es una de las personalidades que mejor sabe expresar el arte del transformismo.

 

Guillermo Gil dixit 

cuando uno hace un hecho artístico, trasciende al tiempo, va más allá. Por ejemplo Nini Marshall sigue tan vigente hoy como en su época. Lo que hacemos con Frankie y Manuel es arte puro. Y eso nos mantiene vigentes. 

  

Mi fuerte es la imitación, por ejemplo Mirtha (Legrand), y ese personaje ha trascendido tanto… Hace unos días tomé un colectivo, y el chofer me dijo “Pase, como le voy a cobrar el boleto a Mirtha Legrand”, (Risas) Y eso te demuestra que aun estas vigente.

  

El personaje más difícil fue Susana Giménez. Fue para el programa de Mario Sapag. Pero por mas caracterizado que estaba, no me sentía la Su. Sin embargo, todo el mundo estaba contento con la interpretación, pero sin embargo nunca más volví a hacer de Susana.

  

Además de Mirtha, la conocí a China Zorrilla que además fue mi madrina artística desde el año 1985, y me ayudo a escribir algunos libretos para hacer de ella… Y después que conocí a Graciela Borges, no la pude imitar mas porque no era como la hacia en el escenario…

 

Actuando en un colegio con Eduardo Sola en Capitán Sarmiento, en el sur del país. Hacia mucho frío, y pensábamos “¿Quién va a venir a vernos?”, entonces nos compramos una botella de whisky para animarnos un poco… y la tomamos completa mientras nos maquillábamos. Y salimos a hacer esa función totalmente ebrios. Y nos aplaudieron más que si hubiéramos hecho el libreto original!


 

 

 

   

TEATRO TECNICO PARA ACTORES GRUPOS Y SALAS PRODUCIDA POR CARLOS CANAVESE (R) 1999